Los productos de protección contra la corrosión que no contienen disolventes de hidrocarburos volátiles, es decir, sin COV, son cada vez más importantes. Estos productos son muy finos, tienen puntos de inflamación superiores a 100 °C y, tras secarse, dejan películas protectoras muy finas que protegen las superficies metálicas de la corrosión durante más de 12 meses.